Bastantes
semanas separan esta veraniega tarde de mediados de junio de la
fragancia primaveral de aquella mañana del 19 de marzo en que
comenzamos nuestra búsqueda particular del GRIAL e-Learning. El
escenario ha cambiado pero no los personajes ni su interpretación.
Alumnos, tutora, materiales, propuestas, tareas... todos ellos
permanecen en este escenario cuyo desenlace pronto ocultará el
telón.
Muchos
días dedicados a:
- estudiar materiales,
- buscar información,
- participar en foros,
- reflexionar y debatir propuestas,
- analizar y sintetizar materiales,
- componer tácticas y estrategias,
- diseñar herramientas de valoración,
- autoevaluar resultados y procedimientos,
- plantear retos que aparentemente estaban un paso más allá de mis límites, y
- superar esos “challenges” habiendo hecho así avanzar un paso las que consideramos limitaciones personales.
Y
un buen compendio de horas aprendiendo...
- cómo trabajar,
- qué hacer y qué evitar,
- cómo abordar conflictos interpersonales,
- cómo planificar tu actividad personal y compaginarla con las exigencias del trabajo en equipo,
- cómo aprovechar las orientaciones y las enseñanzas implícitas en el estilo tutelar de Ángeles, o
- en qué repositorio mental almacenar esas moralejas de esta fábula académica llamada Módulo C.
Miriadas
de minutos
- decidiendo cómo expresar aquello que queremos decir,
- comprendiendo y participando en el proceso de diseño y concepción de un recurso didáctico llamado “Objeto de Aprendizaje,
- planteando qué hacer con ellos, cómo catalogarlos y reutilizarlos,
- pensando por qué buscarlos y para qué crearlos;
- visitando sus albergues (esos ROA tan desconocidos y poco valorados pese a su gran utilidad) y alguna que otra residencia vecina (esas bibliotecas digitales tan conocidas y bien valoradas gracias a su inmenso volumen de información),
- confirmando la esencialidad de la evaluación para asegurar la calidad de un producto, comprobando una vez más las muchas vías disponibles para su puesta en práctica, y certificando la importancia de aprovechar esos resultados para plantear las imprescindibles propuestas de mejora.
Millones
de segundos he(mos) pasado aprendiendo de los muchos errores que
cometemos por inexperiencia, falta de reflexión, desconocimiento de
herramientas y procedimientos, o simplemente porque errar es parte
inherente de la naturaleza humana.
Ahora
bien, como nos recuerda San Agustín: “Errar
es humano. Mas perseverar en el error es diabólico.”
Por
eso el elemento que más me gustaría resaltar en este lienzo
virtual, que voy embadurnando con el pincel de Wordpress y la tinta
de mi corazón, es el paisaje de fondo. Un marco de claro-oscuros
compuesto con las pinceladas del aprendizaje que he mojado en la
paleta de mis carencias:
Errores
en el diseño de la unidad didáctica con eXeLearning; incorrecciones
en mis aportaciones a los muchos foros de este módulo; fallos en la
interpretación de conceptos; gazapos en la redacción de los
informes y las aportaciones; imprecisión en mis reflexiones, etc.
Bastantes,
muchos o muchísimos errores que, no obstante, han enriquecido mi
bagaje personal tanto como pueden haberlo hecho los recursos
proporcionados por GRIAL o los materiales compartidos por mis
compañeros.
Compañeros.
Hermosa palabra. Marcada por la tilde de esa letra tan característica
de nuestra lengua común. Una palabra que me sugiere pintar alegorías
de comunidad, compartir, comprometerse o comprender y que aleja de
mis dedos términos como competir o comparar. Compañeros que tienden
la mano y ofrecen pintura a mi paleta.
Bastante,
mucho, muchísimo me llevo de este módulo C. Uno de los cuadros con
mejor resultado de cuantos he pintado hasta ahora.
Un
módulo en el que no sólo he sido alumno. En la segunda semana,
Ángeles decidió compartir conmigo el bastón de mando y delegar en
mí parte de la responsabilidad de un foro de trabajo.
Una
función tutelar diferente a la alentada por Eduardo (y compartida
con Azahara).
Una
misión individual de tutoría en la que -con mayor o menor fortuna-
he intentando dinamizar un tema no demasiado fácil como es el de la
evaluación de OA. He buscado:
- fomentar el debate y la reflexión mediante preguntas abiertas que aceptaran respuestas creativas, originales y variadas
- ofrecer puntos de vista alternativos sobre el tema compartiendo modelos complementarios de evaluación
- ayudar en las tareas obligatorias de la semana con materiales de síntesis o demostración
- motivar mediante algunas citas fáciles de leer y difíciles de olvidar una vez leídas
Vuestra
respuesta participativa me hace pensar que pese a los errores
inevitables el resultado ha estado cerca de la que era mi meta. Y por
eso, la satisfacción objetiva es la penúltima pincelada de este
óleo que está a punto de abandonar el caballete para colgar junto a
mis obras anteriores en esta peculiar galería de estilos diversos y
gustos flexibles.
Los
últimos trazos los hago con el pincel de la gratitud y la tinta de
la satisfacción. Gracias a Ángeles por haber supervisado (y
compartido) nuestra travesía desde la cercanía de su estilo
personal. Gracias a vosotros, compañer@s, por actuar como objetos de
aprendizaje en mi proceso personal de crecimiento y por alegrar y
animar mis tareas. Y gracias de nuevo a quienes estuvieron antes e
hicieron posible que aprovechara mejor lo que se me ha ofrecido en
este módulo.
El
cuadro está casi listo. No estará firmado hasta dentro de unos días
pues el último retoque no me corresponde añadirlo a mí. Está en
vuestras manos incorporar el detalle que falta para rematar este
retrato de grupo.
Una
propuesta creativa como imaginativa ha sido la actividad central de
este módulo. Pocas veces he disfrutado de una tarea tanto como lo
hice diseñando mi unidad didáctica con eXeLearning. Una herramienta
que vivía en el limbo de mi ignorancia el lunes 4 y que hoy reposa
tranquila en una parcelita en la pradera de mi conocimiento.
Dejo el pincel en vuestras manos. La tinta la ponéis vosotros.
Muchas
gracias, Rubén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario