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sábado, 14 de abril de 2012

Reflexión sobre modelo docente eLearning 2.0

Si en los primeros años noventa alguien hubiera comentado en una sobremesa de primavera ante una mesa tapizada de cafés, tés y aroma de tabaco (en aquel entonces estaban tan atrasados que aún podía fumarse en espacios públicos ;-):

“Dispongo de un espacio “inmaterial” en el que puedo comunicarme con personas de cualquier lugar del mundo de manera gratuita. Y en el que además puedo interactuar con ellos, intercambiando fotografías al instante, descargando y subiendo archivos de texto, componiendo presentaciones profesionales “on-line” o compartiendo experiencias en una videoconferencia.”

¿Qué habría ocurrido? Seguramente lo habría considerado majareta. Y la gravedad de su locura habría sido aún mayor para sus contertulios si esa persona hubiera rematado el discursito diciendo:

 “Y ahora os dejo porque me voy a “estudiar” en dicho espacio”.

Y con ello no decía que accedía a uno de esos campus virtuales de primera generación  en los que se descargaría material de estudio de esa formación de “segunda clase”, la formación on-line.

Al decir eso, aquella persona pretendía decir -y así lo explicó a sus atónitos oyentes- que iba a entrar en un sitio web. Y en él compartía sus estudios con más de cien personas. Y en él trabajaba simultáneamente en varios documentos con aquellas que estaban dentro de su grupo de estudio. Y las aportaciones de todos ellos no se contraponían sino que el sistema las depuraba y evitaba los conflictos. Y después pasaría a componer una unidad didáctica con encuestas y actividades síncronas y asíncronas de seguimiento que permitirían al tutor eLearning evaluar su progreso sumativa y formativamente.

Tras escuchar esto, lo más probable es que sus estupefactos compañeros se hubieran preocupado por esa persona que contaba sus alucinaciones alegremente. Algunos se interesarían por su salud mental y le recomendarían ayuda profesional (por supuesto en persona; con libreta y diván si fuera posible). Otros irían enfriando su relación y acabarían por arrinconarla... Y esta buena mujer (¿por qué ha de ser siempre un hombre "el protagonista tipo”?) viviría con un estigma penoso simplemente por profetizar -sí, profetizar- el futuro a medio plazo.

Hoy, en el umbral de la segunda década del siglo XIX, la educación eLearning 2.0 en un EVEA o ecosistema tecnológico (con su LMS, redes sociales, repositorios, blogs y demás servicios web 2.0) es una realidad. Y no añadiré palpable porque la esencia de este nuevo concepto de enseñanza y aprendizaje es ser ubicua, omnipresente, adimensional, inmediata, flexible y multidireccional. Vamos, casi como un dios. Pero dejemos por un momento de ejercer de Nostradamus o de Isaías, y concentrémonos en la “realidad” sin límites espaciales o temporales: El fenómeno eLearning 2.0.

Según los últimos estudios sociodemográficos, las redes sociales son un elemento casi indispensable en nuestra época. Cada vez están más cerca de los móviles como medio de comunicación, y sus aplicaciones abarcan campos más y más amplios.
Como casi siempre, desarrollo económico y uso de las novedades van de la mano. El nivel de penetración de las Nuevas Tecnologías de la Información (NN.TT.) en los países en vías de desarrollo es inferior al 50% del correspondiente a los países ricos. Y por tanto, son estas naciones - nuestros países- las primeras en las clasificaciones de uso de las redes sociales.
Un desfase que estas mismas redes pueden ayudar a paliar. El acceso a ellas es gratuito, nada más se requiere una cuenta e-mail (también gratuita) y elegir un password. Y si en ellas se desarrollan actividades formativas libres, se estará abriendo una ventana al desarrollo y ofreciendo nuevas oportunidades a quienes viven en regiones de ésas que no aparecen nunca en los primeros puestos de las encuestas.
Sin duda, una de las más importantes ventajas sociales asociadas a la docencia eLearning 2.0.

Las redes sociales crecen a un ritmo vertiginoso y han traído una revolución absoluta en el concepto de comunicación y en el arte de comunicar(se). Son un nuevo canal para mantenerse informado y si quizás su potencial como medio de contacto esté agotándose (por esas nuevas herramientas como el What's up!!!...) hay que pensar en su capacidad como entorno de negocio o formación.

Son herramientas de comunicación rápida, sencilla, dinámica y participativa en la que se facilita el intercambio de experiencias y la transferencia fluida de conocimientos. Hay muchos usuarios al mismo tiempo, son un canal gratuito y son un medio fácil para acercar al cliente a la empresa y viceversa.

Así retratadas, parecen ser un “El Dorado” moderno para los empresarios y profesionales independientes. Y, ¿por qué no también para los educadores? En cierto modo, la enseñanza y la actividad comercial son procesos similares. Ambas generan valor añadido, si bien el primero es “abstracto” y el segundo es tan obvio como concreto.

En un principio, cualquier red podría usarse en el contexto educativo 2.0 como marco en el que desarrollar actividades formativas. En ellas se confrontarían puntos de vista variados y  multiculturales, sería posible el contacto inmediato o las actividades asíncronas, etc...
No obstante, algunas parecen ser más fáciles de adaptar u ofrecer mayor potencial para este tipo de actividades. Twitter, Linkedin o Google+ (con sus famosos “círculos”) estarían en este grupo.

Unas características favorables, a las que cabe añadir que la mayoría de los usuarios son gente joven o profesionales en desarrollo. Todos ellos deseosos de adquirir nuevos conocimientos para pintarse un futuro profesional con colores más brillantes.

Pues bien, para conseguir esos retratos tan bien definidos es imprescindible superar la visión unidireccional alumno-profesor. Y esto lo hace sobradamente la educación eLearning 2.0. En este modelo la relación estudiante-docente se complementa y enriquece con el aprendizaje cooperativo estudiante-estudiante.

Un modelo educativo con comunicación multicanal, pluralidad de visiones y con una nueva relación recíproca alumnos-profesores. Y no sólo en este binomio puesto que otro pilar de este nuevo modelo es dar prioridad a la creatividad y la responsabilidad de los estudiantes. Ellos mismos son quienes van a desarrollar parte de los contenidos formativos, cuya calidad está asegurada mediante una supervisión apropiada.
Esta co-autoría de los materiales que se estudian será un refuerzo positivo para los estudiantes quienes han sido tradicionalmente meros destinatarios de la información. Habrá una mejoría en su rendimiento académico a corto plazo y en su futuro profesional unos cuantos años después. Dominar estas NN.TT. de comunicación e información ya es elemento diferenciador en nuestro mundo. Y sin duda, lo será mucho más en años venideros.

Ventajas que son reforzadas por el desarrollo de la sociabilidad y las habilidades de comunicación derivado del uso frecuente de las redes sociales como vehículos de transferencia del conocimiento en esta docencia activa elearning 2.0.
La comunidad educativa se enriquece con la diversidad cultural o generacional. Además, los alumnos establecen relaciones por sí mismos, siguiendo sus “gustos”. Una comunicación radial que les enseña cómo coordinar sus esfuerzos con los de otros. Un trabajo cooperativo que les muestra cómo hacerse responsables de la organización de sus tareas (incluso las tuteladas) para alcanzar los objetivos establecidos.

Otro aspecto favorable del uso educativo de las redes sociales radica en que la disciplina en estas aulas es más relajada que la de las clases presenciales. Ello favorece que el estudiante se exprese con mayor libertad y participe más, sin avergonzarse por estar “cara a cara” con su profesor o ante sus compañeros.
Y asociado a esta libertad está el hecho de que se pueda personalizar el espacio de trabajo personal. Una personalización que fomenta la creatividad y es muy bien valorada por los adolescentes a quienes les gusta darse a conocer a través de su imagen.

Por otra parte, en los ecosistemas tecnológicos propios del elearning 2.0 el contenido se actualiza con rapidez. De este modo, facilita que tanto alumnos como docentes se mantengan “al día” en una sociedad en la que el mañana empieza antes de que termine el hoy. Y esta evolución constante combinada con la facilidad de acceso y la progresión favorable de las redes sociales permitirá que los contenidos sean cada vez más dinámicos y atractivos. Y puesto que los jóvenes nos sentimos atraídos por las novedades, será más fácil llegar incluso a los alumnos más remisos a acercarse al mundo educativo.

Sin embargo, en un entorno tan libre y fluido como el del mundo web 2.0, se plantean dos grandes problemas: Ética y Seguridad.

El primero -la ética- depende de cada individuo. Es la llamada auto-regulación. Y la menciono porque si bien vigilar los contenidos y los usos de Internet es algo correcto y necesario, no es suficiente. Hace falta algo más: nuestros principios. Ellos serán los que en último momento controlen nuestro modo de actuar: qué comentarios o fotos colgaremos, dónde, cómo, hasta qué punto... De nada sirve conocer las reglas de la Netiquette si no las aplicamos. Como escribía Marcel Proust “No nos es dado conocer más que las pasiones ajenas; lo que llegamos a saber de las nuestras, lo sabemos por los demás.”

El segundo problema -la seguridad- a pesar de que depende de los individuos como sujetos, se vincula más a la sociedad en su conjunto.

Son imprescindibles nuevas leyes, que deberán ser rígidas en su aplicación pero flexibles para adaptarse al ritmo del cambio del mundo tecnológico.
Unas normas y códigos legales de carácter tan internacional como sea posible pues las fronteras no le dicen nada al mundo “virtual”.
Un conjunto de reglas que no deberían centrarse en la prohibición o en la limitación sin explicaciones. Tendrán que tener en cuenta que la formación en valores es clave tanto en el respeto a la intimidad como a la propiedad privada ya sea ésta material o intelectual.

Y aquí tanto padres como docentes (y la sociedad en general) somos responsables. Es necesario dar ejemplo, sobre todo a los menores, con una actuación coherente con nuestras palabras. Hablar nunca es útil salvo que se acompañe con acciones concretas.

Una responsabilidad social que nos obliga a hacer hincapié en las consecuencias negativas que los “rasgos digitales” podrían tener en el futuro personal y profesional de los menores. Nuestra navegación por Internet y nuestras actividades en las diversos espacios virtuales va dejando “pistas”. Unos rastros virtuales que una vez integrados conforman ese concepto, algo difuso todavía, denominado Identidad Digital (I.D.).

Una I.D. que nosotros mismos creamos y que podemos gestionar. Nuestra personalidad social es una creación del pensamiento de los demás, eso que ellos elaboran a partir de lo que perciben en nosotros. Sin embargo, la I.D. nos la hacemos y podemos construirla “igual” que la física o introduciendo cambios. Y hasta podemos llegar a tener “varias” identidades virtuales para así poder experimentar en diferentes contextos. Los límites los pone, una vez más, nuestra ética.

Una I.D. que puede ser una I.D. personal o una I.D. profesional. Ambas deberíamos compaginarlas fácilmente pero al pertenecer a esferas diferentes -aunque muy relacionadas- se solapan y pueden entrar en contradicción. Ahora bien, ya sea personal o profesional, una I.D. correcta y bien gestionada nos permite mantener una reputación honorable. Y también es una manera de manifestar la seguridad que tenemos en nosotros mismos y en nuestras aptitudes o capacidades.

En cualquier caso, I.D. es un término nuevo -como eLearning 2.0- que ha entrado en nuestras vidas para quedarse y entre cuyas ventajas podrían citarse:

A diferencia de la identidad “administrativa” o legal que sólo es válida en el país (o comunidad de naciones) en las que se reconocen y aceptan esas normas legales, la I.D. [entendida como Identidad Electrónica] es válida en cualquier lugar del mundo. Además no hay riesgo de que “caduque”, está más allá del tiempo y del espacio. Esta I.D. simplifica los procedimientos administrativos y además de liberarnos de la clásica tortura burocrática permite un uso más eficiente de los recursos de las Administraciones Públicas.

Una I.D. coherente, bien gestionada y reconocible nos facilita localizar a los demás y que ellos nos encuentren. Es decir, aumenta la posibilidad de llegar a un público más numeroso y abarcar mayor número de categorías. En el mundo laboral, disponer de una I.D. con estas características es muy importante pues aumentará las posibilidades de que nos seleccionen en los procesos de búsqueda de empleados que muchas empresas hacen en las redes sociales.


Redes sociales como entornos de trabajo, tutores on-line que actúan como Community Managers y Content Curators, medios en los que se habla de Identidad Digital o Personalidad Virtual... Nuevos vehículos, nuevas herramientas y nuevos conceptos para llevar a la práctica unas ideas no tan modernas.

En definitiva, en los ecosistemas tecnológicos asociados a la docencia eLearning 2.0 la educación recupera el principio de la mayéutica socrática: El preguntarse a uno mismo y buscar dentro de ti esos talentos y conocimientos que tienes pero aún no has descubierto. La docencia 2.0 revoluciona el concepto clásico de educación además de por ser multicanal y multidireccional sobre todo porque el docente ya no pretende implantar unos conocimientos en el alumno. En estos entornos que usan la tecnología social como vehículo, el conocimiento fluye con naturalidad sin imposición alguna. Todos los implicados participan en el proceso de búsqueda. Los docentes eLearning 2.0 orientan y ayudan a que afloren los talentos y habilidades de los alumnos. Y son ellos quienes descubren cuáles son los límites que no deben traspasar y cuáles son sus fortalezas y debilidades.

Platón fundó su escuela filosófica en los terrenos del gimnasio de Academo y así surgió “su” Academia. Aristóteles la revolucionó con su afición a pasear mientras enseñaba y así estableció la Escuela Peripatética. Los nuevos docentes 3.0 desarrollarán sus iniciativas educativas sin más límites que sus propios talentos y su dominio de la tecnología. Y así brotarán Academias “modernas”, con alumnos y estudiantes, docentes y evaluadores, máquinas y seres humanos... Unos espacios virtuales más allá de las dimensiones tradicionales  y del tiempo. Entornos en los que la avidez del estudiante por buscar información será similar a la que la información manifieste por buscar al estudiante.

Serán las Academias 3.0. "Academias" en las que tanto educandos como educadores recurrirán a diario a herramientas como Prezi, GoogleDocs, Scorms o Edu-Glogster.
Y como la imaginación y creatividad humanas jamás están satisfechas, como ya casi podemos palpar esa realidad 3.0, ahora la utopía -utopía realizable en un futuro cercano por supuesto- es hablar de las Academias 4.0. Un nivel superior de intercomunicación entre máquinas y seres humanos.

¿Un mito? ¿Una fantasía de una noche sin sueños? Recordemos lo que pensaban los coetáneos de Julio Verne cuando leían sus Viajes Extraordinarios. Les parecía una locura eso que escribía sobre viajar a la luna, al fondo del mar, volar alrededor del mundo o recorrerlo en menos de tres meses.
Y hoy, 14 de abril de 2012 ¿quién lo llamaría locura? ¿Quién llamaría loca a la mujer que protagonizaba la primera parte de esta reflexión?

Disfrutemos de las ventajas que nos proporcionan los avances tecnológicos en educación. Apartemos miedos o complejos y adentrémonos en esta primera entrega de la docencia del futuro presente: Docencia eLearning 2.0.
Y una vez que nos sintamos cómodos entre sus brazos, pensemos cómo mejorar sus puntos débiles aprovechando nuestra experiencia en otras modalidades de educación. Estos nuevos modelos docentes no son excluyentes ni secundarios, son los viajeros que llaman a nuestra puerta para que los invitemos a pasar la noche en nuestras casas. Abrámosles las puertas.

Muchas gracias por haberlo leído. Rubén.

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